En Chile, se está produciendo el primer paso hacia el descubrimiento de la posibilidad de vida extraterrestre y los orígenes del universo. Se trata de la inauguración de ALMA (Atacoma Large Millimeter/Submillimeter Array), el proyecto internacional de radiotelescopio espacial más potente del mundo. Es un proyecto que ha estado en fase de construcción desde el siglo pasado y por fin verá la luz hoy, captando información del espacio gracias a las radiofrecuencias.
Con ALMA, los científicos esperan recolectar una señal proveniente del espacio, usando dos o más antenas y combinándolas para analizar la señal y así obtener información sobre la fuente de la emisión (ya sea una estrella, planeta, o galaxia).
Durante unas declaraciones recogidas por el Miami Herald, se revelaron los planes para ALMA: “Lo que estamos comenzando a hacer con ALMA es identificar las partes del universo que contienen los ingredientes para la vida“, apunta Ewine van Dishoeck, un astrónomo holandés y profesor en la universidad de Leiden en los Países Bajos. “Lo que ALMA puede hacer es un zoom en las áreas donde los planetas se están formando y ver si esos ingredientes están presentes”.
Al combinar ondas de radio capturadas por dos o más antenas, es posible obtener imágenes de altísima precisión. Estas imágenes son similares a las que se obtendrían con un telescopio o antena gigante de 14 kilómetros de diámetro. Sin embargo, construir y operar una antena de ese tamaño es tecnológicamente imposible (al menos con las tecnologías actuales), por lo cual construir varias antenas pequeñas y utilizarlas combinadamente resulta mucho más plausible.
Sin embargo, en la práctica, esto no es tan sencillo. Según apunta la organizacion, para que ALMA funcione necesita que sus 66 antenas como su electrónica trabajen en forma perfectamente sincronizada, con una precisión de una millonésima de millonésima de segundo.
El camino recorrido por la señal astronómica desde su llegada a cada antena, hasta que es combinada en el computador central (llamado correlacionador), ha de ser conocido con una exactitud similar al diámetro de un cabello humano. Y como si esto no presentase suficientes desafíos, está el problema de reducir la posible atenuación y perturbación que sufre la señal desde que toca cada antena, hasta ser digitalizada y transmitida por varios kilómetros de fibra óptica hacia el computador central.
El largo recorrido de ALMA hasta ser una realidad
El origen de ALMA se remonta al final del siglo pasado. Astrónomos europeos, norteamericanos y japoneses estudiaron la posibilidad de construir grandes conjuntos de radiotelescopios milimétricos/submilimétricos y discutieron las diferentes posibilidades. Después de investigaciones minuciosas, se hizo evidente que los ambiciosos proyectos de todos estos estudios difícilmente podrían ser realizados por una sola comunidad. Por esta razón nació el proyecto internacional de ALMA: una iniciativa que pretendía unir las fuerzas de varios países participantes para hacer realidad este sueño.
La construcción y operaciones de ALMA se produjeron con las aportaciones de Europa por ESO, desde Norteamérica por el Observatorio Radio Astronómico Nacional (NRAO), operado por el Associated Universities, Inc. (AUI) y Asia del Este por el Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ).
¿Quieres ver a ALMA en acción? ESO ha compilado varios videos sobre cómo funciona la iniciativa.
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