domingo, 3 de marzo de 2013

Un experimento conecta las mentes de dos ratas por internet



Científicos estadounidenses han conseguido conectar los cerebros de un par de ratas para que compartan información sensorial y motora. Según el estudio, publicado en Scientific Reports, colocaron implantes en el cerebro de las ratas creando una interfaz entre ambos que las permitía colaborar en tareas simples.

Los científicos comprobaron satisfactoriamente que las ratas ‘decodificadoras’ recibían las señales sensoriales que otra rata ‘codificadora’ mandaba y podían interpretarlas bien. La información se transmitía en tiempo real, pero aun así hubo que entrenar a las ratas durante 45 días, como explicó el autor del estudio Miguel Pais-Vieira a la BBC.

Miguel Nicolelis, experto en dispositivos que permiten a la gente paralizada controlar ordenadores y brazos robóticos a través de su mente, ha sido el que liderado el proyecto. En sus palabras, “estos experimentos muestran que hemos establecido una conexión comunicativa directa y sofisticada entre cerebros”.

Un paso muy importante en la carrera por conseguir crear lo que Nicolelis llama “el primer ordenador orgánico”, donde múltiples cerebros se conecten, incluso a través de la Red, para compartir información.

Juntar dos cerebros de ratas por Internet

Lo primero fue demostrar que las ratas pueden compartir información sensorial, unas con otras, a través de pequeños electrodos conectados en el córtex motor (región del cerebro que controla el movimiento) y actuar en base a ella para obtener recompensas como beber agua. Las ratas fueron entrenadas para accionar una palanca cada vez que se encendía una luz sobre ella y a cambio de hacerlo correctamente, obtenían agua.

Para comprobar la habilidad de las criaturas para compartir pensamientos y cooperar a través estos dispositivos, se las separaron en diferentes compartimentos en los que solo uno tenía la luz. Además, parece que la comunicación cerebral funciona en ambos sentidos: si la rata que recibía la información fallaba en su tarea, la primera rata no conseguía su recompensa.

Para completar el experimento, se puso en práctica a nivel global, conectando el cerebro de ratas de diferentes continentes a través de Internet. Aún separadas por miles de kilómetros, una en la Universidad Duke de Carolina del Norte y otra en la Universidad de Natal en Brasil, podían comunicarse.

Pais-Vieira comenta a The Guardian que gracias a esto sería posible crear una red factible de cerebros de animales, distribuidos en diferentes localizaciones. Ahora, el equipo está trabajando para conectar varios cerebros al mismo tiempo para realizar tareas más complejas.


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